De media, los cosméticos que utilizamos a diario están compuestos por entre 20 y 30 ingredientes diferentes. La mayoría de estos ingredientes son excipientes, es decir, compuestos de relleno, que abaratan costes pero que no aportan ningún beneficio a nuestra piel.
Cada vez más personas podemos afirmar que los productos de belleza más sencillos funcionan. Huir de las fórmulas con químicos artificiales y optar por composiciones, con menos ingredientes pero bien formulados para que se potencien entre sí, se ha convertido en una tendencia en cosmética que gana seguidores. ¿La razón? Sus beneficios están demostrados.
Concentraciones más altas
Cuantos menos ingredientes veas en una etiqueta, mayor será la concentración de cada uno. Usar concentraciones más altas de menos ingredientes, cuidadosamente seleccionados, potenciará los beneficios de cada uno.
Muchos ingredientes pueden irritar la piel
Para aquellas personas con piel sensible, una larga lista de ingredientes no les favorece en absoluto, ya que pueden sufrir una irritación imprevista por alguno de ellos.
Detecta el problema
Un enfoque minimalista para el cuidado diario de la piel es la forma más efectiva de determinar qué productos funcionan y cuáles son los que pueden estar dando problemas. Por ello, es recomendable dejar un tiempo los productos complejos y después pararte a identificar los ingredientes específicos que tu piel ama y los que le causan problemas.
Y tú, ¿te atreves con esta nueva corriente?